viernes, 5 de diciembre de 2008

A MI MISMO

Madre,

nadie te dirá una misa.

Somos así: directos

sin intermediarios

hablamos contigo desde dentro,

recordamos.

La vida

si se puede llamar así a comer beber procrear sufrir

no fue corta ni larga

y te marchastes sin más

como vinistes.


Hace tiempo

me hubiera gustado decirte...

lo que nunca dije

amparado en absurdos prejuicios y miedos

animalitos comprimidos

emergidos del bote de cerveza.

Que otros terminen el verso

el poema

los treses de diciembre.

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