Madre,
nadie te dirá una misa.
Somos así: directos
sin intermediarios
hablamos contigo desde dentro,
recordamos.
La vida
si se puede llamar así a comer beber procrear sufrir
no fue corta ni larga
y te marchastes sin más
como vinistes.
Hace tiempo
me hubiera gustado decirte...
lo que nunca dije
amparado en absurdos prejuicios y miedos
animalitos comprimidos
emergidos del bote de cerveza.
Que otros terminen el verso
el poema
los treses de diciembre.
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