miércoles, 28 de marzo de 2007

hoy por hoy

Caminar, lo que se dice caminar, ejercicio de literalidad, movimiento físico de las piernas, primero una, luego otra acompañando los brazos para mantener el equilibrio; no. Lo que hago es un esfuerzo vital, reprimir la náusea que me produce encontrarme con quienes sé a ciencia cierta que les cuesta mi presencia. Me miran, les miro, nos miramos y estoy cerca del desfallecimiento, pero aguantaré porque esto es la existencia, por cierto nada poética.

domingo, 18 de marzo de 2007

POEMA XLIII

Estoy sorprendido. Después del poema XX, lo lógico es que apareciera el poema XXI, pero no, va y aterriza el poema XLIII que se lee poema equis ele uno dos tres, por si había alguna duda. Vuelta con la duda al semblante, a vueltas con la duda. Pero no pasa nada, sólo que ando dando vueltas por aquí, por las palabras por que el poema equis ele uno dos tres aun no ha sido escrito, o se está escribiendo. Porque qué haré por crear el poema si josé maría pons no nos ha tirado las interrogaciones que dice que sueña con tirar algún día a los espectadores. Me encanta la escena, la veo teatralmente. En el patio de butacas sobre vuelan las interrogantes y los espectadores pelean y se esfuerzan por coger al menos una, guardársela en su bolsillo y tapándola con la mano para que no se escape se va a su casa-habitación-hogar-lar. Ya en su casa-habitación-hogar-lar la inspecciona, la saca brillo y colocada sobre la mesa de cristal la interroga y la interrogante interroga. Es como un sueño. Me encanta la escena.

martes, 13 de marzo de 2007

POEMA XX

Botones dorados de viejas chaquetas
que no brillan
bloquean la líbido ancestral
duele pensar en nonato
vómito de tuercas, tornillos
necesario acople
inexorable ruge
sus potentes neumáticos nos arrolla
y sólo queríamos
madre
mecernos en tus mullidos brazos
que desolación
que punzada en el ADN

lunes, 12 de marzo de 2007

DEFINIDO

El wendigo

Compartir el espacio, hacer, sólo tal vez, que no es nada más que una posibilidad, un circo donde las piruetas y cabriolas se den la mano. A lo mejor no tenemos nada de que hablar y nos limitamos a escupir palabras, palabras... no olvidemos el poder de las palabras, la palabra como Golem que me enseñó a descubrir Praga guiado de la mano de Gustav Menhir (tengo que repasar el nombre) con Jan Neruda y Kafka. Las neuronas van y viene y la inseguridad se adueña de la duda. Hay algo más dudoso que una duda insegura?. He perdido práctica de pensar, demasiado tiempo no-pensando, actuar te lleva a olvidar nombres elementales a no recordar grafías, no por eso dejo de recordar pese al no-pensado.
Algunos recordarán el wendigo: mítico nombre: Itaca Wendigo. Poeta urbano, del madrid de los 70 y parte de lo s80, y mala leche, no formamos parte de la movida: somos la movida, recordáis amigos la poesía por las paredes, por los metros. Ahora la han institucionalizado, se plastifica el papel, ya hemos olvidado las vietnamitas, fotocopiadoras y demás sistemas de expresión ahí estamos.
Era el viento, es ese escalofrío que sentimos, percibimos cuando nos acercamos en una mañana de casi invierno a un cementerio. Pasa el wendigo.
Hay que decirlo de una vez. Palabras y palabras martillean los oídos y casi todas terminan en tiempo. Hoy, ayer, el tiempo, el modo, el espacio, las dimensiones van creando en las terminaciones nerviosas escapes de electricidad chisporrotean te. Pero nadie tendrá la culpa.
Me sorprende la sorpresa, me abruma el acoso al que está sometida la integridad. Voy a proponer que hagamos una gran narración abierta.