viernes, 15 de octubre de 2010

ELEGIA 1, 2 Y 3

1
La angustia apoderada de la memoria estruja
mi lóbulo occipital;
nada serio.

Desarrollo espinas,
deshojo torres mecánicas,
vuelo.

Mamá,
¿Cuánto dura el luto?

Gritos desordenados
deambulan en esta habitación casi perfecta.

Sábana, colcha, adornos inútiles y retratos sosos,
sonríen.

El techo se viene abajo,
la nevera casi vacía guarda mi mano izquierda,
agusanada.

No me esperes más, amor;
aguárdame si quieres.

No puedo sacar del músculo torácico
tanta basura.

El viento,
acuna la saliva que no vuelve
los recuerdos
y me duermo en ti
anémona salvadora.

Lo que no podemos gozar,
reñir,
duele más que la ausencia.

2

El viento,
acuna la saliva que no vuelve
los recuerdos
y me duermo en ti
anémona salvadora.

La angustia apoderada de la memoria estruja
mi lóbulo occipital;
nada serio.

Duermo mal
y la masturbación lenta y pesada araña los párpados.

Mamá,
¿Cuánto dura el luto?

Gritos desordenados
deambulan en esta habitación casi perfecta.

Sábana, colcha, adornos inútiles y retratos sosos,
sonríen.

El techo se viene abajo,
la nevera casi vacía guarda mi mano izquierda,
agusanada.

No me esperes más, amor;
aguárdame si quieres.

No puedo sacar del músculo torácico
tanta basura.

Lo que no podemos gozar,
reñir,
duele más que la ausencia.

3

Desarrollo espinas,
deshojo torres mecánicas,
vuelo.

La angustia apoderada de la memoria estruja
mi lóbulo occipital;
nada serio.

Duermo mal
y la masturbación lenta y pesada araña los párpados.

Mamá,
¿Cuánto dura el luto?

Gritos desordenados
deambulan en esta habitación casi perfecta.

Sábana, colcha, adornos inútiles y retratos sosos,
sonríen.

El techo se viene abajo,
la nevera casi vacía guarda mi mano izquierda,
agusanada.

No me esperes más, amor;
aguárdame si quieres.

No puedo sacar del músculo torácico
tanta basura.

El viento,
acuna la saliva que no vuelve
los recuerdos
y me duermo en ti
anémona salvadora.

Lo que no podemos gozar,
reñir,
duele más que la ausencia.

viernes, 1 de octubre de 2010

ELEGÍA

Desarrollo espinas,
deshojo torres mecánicas,
vuelo.

La angustia apoderada de la memoria estruja
mi lóbulo occipital;
nada serio.

Duermo mal
y la masturbación lenta y pesada araña los párpados.

Mamá,
¿Cuánto dura el luto?

Gritos desordenados
deambulan en esta habitación casi perfecta.

Sábana, colcha, adornos inútiles y retratos sosos,
sonríen.

El techo se viene abajo,
la nevera casi vacía guarda mi mano izquierda,
agusanada.

No me esperes más, amor;
aguárdame si quieres.

No puedo sacar del músculo torácico
tanta basura.

El viento,
acuna la saliva que no vuelve
los recuerdos
y me duermo en ti
anémona salvadora.

Lo que no podemos gozar,
reñir,
duele más que la ausencia.

miércoles, 31 de marzo de 2010

LA LLUVIA Y LA PALOMA

Fuera llueve.

El agua es fría y las gotas gordas
persistentes.

La mano busca debajo del vientre
se hunde hasta la cabeza
y encuentra una montaña de polvos de talco
irrespirable.

Fuera llueve.

Vamos a la calle
todos
con el pecho por delante las manos vacías
limpias
que los petimetres sientan miedo
y hullan
si no se van les echamos.

Fuera llueve
sin consuelo.

jueves, 4 de febrero de 2010

*Puedo ver en tus ojos ciervos azules copulando.


Ciervos azules
ojos copulando
tus ojos
tus manos
puedo ver las arrugas de tu sexo
el corazón hecho añicos
de discoteca en discoteca
y nada de luz.

Sí, la sombra es tu ausencia
abrazados al vacio
redondo

Pincel de agua
limpia espera del lucero por el sur
poesía de besos
palabras quedas susurros a los labios
de labios
en el candor del abismo.

Sé de un sueño
olvidado al despertar
pedacito de ilusión
que desayuno y vomito más tarde.

El puño en alto vengativo
busca el aniquiliamiento total
el hombre liberando al hombre
sin fin.

*Pintada en la tapia de un colegio de monjas.