Fuera llueve.
El agua es fría y las gotas gordas
persistentes.
La mano busca debajo del vientre
se hunde hasta la cabeza
y encuentra una montaña de polvos de talco
irrespirable.
Fuera llueve.
Vamos a la calle
todos
con el pecho por delante las manos vacías
limpias
que los petimetres sientan miedo
y hullan
si no se van les echamos.
Fuera llueve
sin consuelo.