lunes, 30 de abril de 2007

Recuperar la ensoñación, lo soñado, es vital. Tal vez la música nos ha llevado a la autopista de los patines. Una tabla ancha, tres rodamientos y un poco de imaginación artesana hacen el resto. Nos deslizamos con nuestros vehículos a impulsos de nuestro pie derecho por llano y cuesta abajo. Las cuestas arriba no hay más remedio que coger el patín debajo del brazo y arrear con él en busca de la nueva sensación de al bajada, cuando nos tiremos por la cuesta. Eso es. Arriba, abajo. Arriba, abajo. Todo es fácil cuando el esfuerzo se ve recompensado. La fustración sólo se produce cuando el esfuerzo te lleva a la nada, al vacío o a la sima. Estamos contentos. Gritamos entre el chirriar de las ruedas que se quedaron sin aceite. El aceite también es muy bueno, ayuda y facilita. Incluso es curativo. Algún patín queda destrozado, las vibraciones sacan las ruedas y el muchacho rueda con algún que otro desuello. Llora, se ríe, no sabe a que atenerse. Los demás se tronchan. Todos se ríen de él, de su torpeza o de su mala suerte. El se enrabieta, le da igual pero se enrabieta y no comprende el escarnio de sus compañeros de juegos. Se limpia las lágrimas con la bocamanga del viejo jersey y se embadurna toda la cara de lágrimas, mocos, polvo y desesperación y no tiene más remedio que marchar a su casa, reconocerse en la derrota y despertar. No es nada fácil. Está intranquilo y ya le cuesta dormir de nuevo aunque ha recuperado el sueño.

martes, 24 de abril de 2007

PRIMER PLANO

Tenía un primer plano. Si alguna vez hacía algo de cine, vídeo o televisión tenía un primer plano ineludible: Sobre una pasarela solo veríamos pies, pies descalzos, pequeños, grandes, sensuales, paseándose por la pasarela sin cuerpo. Sólo veríamos los pies adelante y atrás, pies y mas pies. Esto es el plano soñado.

Más o menos a las siete de la mañana, cuando despereza el día y ya huele a humanidad en el metro vi el primer plano, no lo soñé. Allí estaba él. Sobre una de las barras para que no cayéramos al suelo, diferente manos contrapeadas, cada una prolonganción de un brazo inexistente, opaco cubrían toda la barra. Manos velludas, rudas, secretarias, y entre todas destacando una mano negra, negra.

No se con que primer plano quedarme, seguro que no haré cine, ni vídeo, ni televisión así que lo cuento y de momento baste.

miércoles, 18 de abril de 2007

SALAMANCA

Plaza mayor y cerveza moderna
sin alcohol
Recorro tus calles, plazas y parques
y se me atraviesan Frayluises quijotes
No puedo parar
Veo más, aprendo más y me polinizo
Este sol magnífico ha sacado
el mundo a la calle,
La calle es el mundo
inconcluso.

miércoles, 11 de abril de 2007

También hay que opinar

Acababa de leer a Arturo Barea cuando teniendo entre la manos las memorias de García Márquez en la página 138 le recuerda. Leí Los Girasoles Ciegos (confieso por lo sugerente del título) y al poco leo que es uno de los libros más leídos con la mejor publicidad que se pueda hacer de un título, el boca a boca. Leo el Lápiz de Carpintero de Manuel Rivas, maravillado de este mi comienzo en la literatura gallega, en la historia gallega y en la vida gallega; y al leer a Carmen Pérez, gallega que ha bebido también la fuente del lápiz de carpintero, según relata, creo. Creo en esta sucesión de títulos, nombres, historias... todo está conectado. Será la vida?. Hagamos la cotidianidad extraordinaria y lo extraordinario cotidiano, sencillamente. Gracias Arturo, Gabriel, Alberto, Manuel, Carmen... por hacernos sentir sin necesidad de pellizcarnos cada instante.