domingo, 24 de febrero de 2019



Solapados confines
los muros se adormecen
y el ruido sigue ahí alojado
persistente movimiento de labios
algunas oscuras aguas corren por las enredaderas del pecho
y alguna lámpara insinúa pálidas curvas de alcohol
el deseo despierta el comienzo de la noche
desparrama luces de ayes
un golpe duro en la frente con el vaso de ayer
hasta que se diga la última palabra
la que rompe el mármol de la monotonía
trepando por el pañuelo de cuello cubierto de blanco.


Posiblemente este será el último poema que publique en este Blog ya que en nada espero tener listo el de mi página web https://wendigo.es/