Son las nueve de la noche
con los rostros fuera
y los aullidos al viento
transportan espuertas
las calles de carcajada feroz
de desván polvoriento
en cada esquina una letrina roja
rueda tras tu sexo
circundando palomas histéricas
los redondeles muertos
son las nueve de la noche en
amplio desierto
son las nueve de la noche
y ¿para qué hablar del barro
en los zapatos de cuero
si siguen luciendo traje de noche
los aguijones?
caracolas dormidas en tiempo
la saliva resbalando en el cristal
me trae figuras de las noches que
/se van alejando al contacto con los muslos grises de los
/árboles húmedos.
Estoy haciendo el pino en un
columpio de ojos
ojos chiquitos negros y asesinos
saltimbanquis con taparrabos
que se ríen del viento
son las nueve de la noche rodeado
de huecos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario