lunes, 29 de septiembre de 2008

MARRAKECH

Ya ha amanecido. Al fondo, parece muy lejos, está la Koutobia: replica. Es todo falso? El mercedes y el burro. El perfume y no me atrevería a decir miseria, es indescriptible. Sentarte a tomar un café y ver pasar el bullicio , la prisa mata. Ellos no mueren, ya están muertos, son zombies sin dientes.

He oído historias, pero sobre todo una. Es de una muchachas. Digamos que se llama Fátima, nada extraño por otro lado. Fátima se ha escapado de su casa. Es española y se la llevaron sus padres a un pueblecito miserable de Marrakech de vacaciones y allí la dejaron sin dinero, sin pasaporte, sin nada más que el compromiso de matrimonio con un primo suyo al que ella no conocía. Y Fátima se escapó. Cambió el color de su pelo, se lo cortó, se lo alisó y con el dinero que le mandaron sus amigas cogió un avión y abandonó aquél país que pudo ser suyo, que pudo querer y ahora se alegra de perder de vista. ¿Si no consigue su objetivo puede que le cueste la vida. Dicen que una niña saharaui que no aceptó casarse con un primo suyo sus mismos familiares se encargaron de quitarle la vida. Suerte Fátima. Suerte para todas las fátimas que no pueden elegir estudiar o no, vivir aquí o allí y no pueden sonreír.

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