No tengo ningún poema que contar, ni siquiera una hisporia, ni historieta. Hoy no tengo nada que llevarme a la boca, porque es en la boca donde se mascan las palabras, donde toman forma y van recorriendo el espacio hasta el escuchante.
Dices "rascacielos" y desde ti al otro una gigantesca mole de ladrillo, cristal, hierro y aluminio se desplaza hasta entrar en un pabellón auditivo .
Dices "amor" y una forma vaga, indefinida te abraza.
Dices "sexo" un escalofrío te recorre el cuerpo.
Dices, tortura; dices, camino; dices, perro; dices, amigo...
O no dices nada
que el silencio también habla.
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